(Crítica) Karo Leiva - ¿Y... si ya te conociera?

Karo Leiva - ¿Y... si ya te conociera?

Daniela Sobarzo es una mujer común como muchas, con un trabajo normal, una familia normal y una amiga "anormal". En general su vida es tranquila y feliz, salvo por una pesadilla que la persigue desde su infancia y que la hace temer la mayoría de las veces.

Todo es calmo en su vida hasta que en ella irrumpe Evans Lowell, un chileno-británico. Desde ese momento lo que siempre pensó que sería un mal sueño, se convirtió en su mayor aventura.

De la mano de unos ojos maravillosos profundos y cálidos, y de la constante protección incondicional de su amiga Paula, descubre que las promesas del amor van más allá de lo imaginable. ¿Y... Si ya te conociera?


No todo lo que leemos nos tiene que gustar. Por lo general, me aseguro que si leo un libro éste tenga buena trama, buenos personajes y buena prosa.

En este encontré solo lo tercero.

Es digno de destacar que el libro está bien escrito, que la autora se maneja y no solo junta letras, algo que parece ser una pandemia últimamente. Eso es un punto a favor; sin embargo, mi gran punto en contra está en la trama, la cual me ha parecido demasiado amplia para la forma en que la abarcó:

Tenemos una vida pasada y un amor frustrado. Vale, un poco visto y poco original por sí solo; pero, no era necesario poner una ensalada de personajes todos involucrados con el pasado de los protagonistas solo para hacerlo diferente, porque no lo logra. Y la trama se torna floja, aburrida y no logra cuajar.

Hay un exceso de hojas, demasiado relleno que, de tanto, resulta innecesario.

Con respecto a los personajes: No lograron enamorarme, no empaticé con Daniela, que dice ser muy independiente; pero que se encanta con un extranjero de buen ver. Evans por otra parte es un hombre muy hormonal, que de buenas a primeras quiere meterse en la cama con ella. Vale, que se conocían de otra vida y ya, muy creíble.

El coqueteo parece de quinceañeros, con cartitas y música, y no propia de adultos de más de treinta años que supuestamente saben lo que quieren.

Otra cosa que me molestó mucho es la aparición de la ex novia británica de Evans.

Veamos: Él la recibe en su departamento de Santiago a vista y paciencia de su interés romántico, Daniela, y por un acto de debilidad masculina (Porque como él dice: “Es un hombre que lleva mucho sin una mujer”), termina con ella a los besos apasionados y quitándose la ropa, es más, de no ser por la misma chica, no se detiene. En ese momento me pregunté si el libro era romántico y a quién diablos amaba Evans, luego estuve esperando a que él le confesara a Daniela su desliz; pero me llevé tremenda decepción porque ella al final nunca lo supo, ni pudo hacerle pagar por ello.

Eso me dejó cierta desazón, porque, finalmente, si se la hizo una vez y pasó colada, ¿Quién quita que haga lo mismo con alguna otra?… La vida es así, ¿No? Todos tenemos debilidades… ¿Qué importa que la ex esté deschavetada? ―Porque, claro, es novela y en casi TODAS las que me ha tocado leer, las exnovias están locas―. Ya hasta pareciera que pensaran que, si escriben lo contrario, son anormales.

El resto de la novela, que incluye un secuestro mal planeado, es un ir y venir de azúcar.

Punto aparte es que la autora haga un cameo de otras amigas escritoras en su novela, lo que me hizo reír un poco; pero de mi propia maldad, porque se vio un poco triste. En verdad, cuando se han leído tramas parecidas bajo la pluma de otras escritoras, este tipo de novelas, en mi opinión, pecan de ingenuas.

Eso es todo y aunque parezca una reseña muy negativa, no es un mal libro, solo que le falta pulirse para estar un poco más a la altura y sacarle esos detalles desconcertantes que todo lo que lograron, en mi opinión, fue ensuciar la trama.